domingo, 1 de enero de 2017

Nuevo año, nuevas trayectorias

Es usual empezar un año nuevo con muchos (y utópicos) proyectos. Pero es mucho mejor empezarlos con ilusiones y trayectorias auténticas. Así que: ¡manos a la obra! en este recién estrenado 2017.
Este nuevo blog parte de un deseo de hace tiempo: expresar cómo, en contra de lo que solemos leer cien veces al día y escuchar otras tantas, España es un país interesante en muchos aspectos. 
Como todos, el nuestro tiene sus más y sus menos, pero para que sea más más que menos, lo que nos falta es lo que algo que he encontrado en las obras de Ortega y Gasset y Julián Marías: vertebrarla y comprenderla.



Ortega hace ver que el problema de invertebración parte del no conocerse y de la incomunicación de unos estratos de la sociedad con otros. Marías muestra en su España inteligible que somos un país, en contra de lo que se suele creer y repetir, profundamente comprensible, con un proyecto interesante y con una sociedad de una vitalidad admirable. Solo que hace falta profundizar en este conocimiento, articularlo y continuarlo.

¿Y qué tiene que ver la filosofía con esto? La filosofía, según muestra Ortega en sus Meditaciones del Quijote, es afán de comprensión y conexión general de todas las cosas entre sí y conmigo. La filosofía es, dirá Julián Marías, visión responsable, esa contemplación de la realidad que es capaz de dar razón y justificar aquello que ve.

Este blog estará entonces dedicado a continuar el sistema de las "salvaciones", propuesto por Ortega: dado un hecho, español o hispánico en este caso, llevarlo a la plenitud de su significado, hacer ver su valor sobre un conjunto. 


"Creo haber deshecho el mito de la España 'anormal', 'irracional' 'conflictiva', en suma, incomprensible. Basta con mirar las cosas sin omisiones para que se las pueda entender. La historia de España es perfectamente inteligible, tal vez en grado máximo, por la existencia de un proyecto histórico explícito que la ha ido creando y la ha sostenido. [...] Es menester usar la imaginación concreta para inventar en vista de las circunstancias actuales; mejor dicho, de las del próximo futuro, ya que una empresa histórica no puede hacerse si se tienen en cuenta solo los datos del presente, que ya no lo serán cuando se llegue a la realización. [...] En esto reside la mayor dificultad, porque nada cuesta más esfuerzo que la imaginación concreta, con un pie en la realidad y que no se queda en ella. Lo abstracto es siempre fácil, porque no tiene que contrastarse con las condiciones efectivas, es pura irresponsabilidad. El primer paso sería la posesión íntegra de aquello que nos constituye, porque es el repertorio de nuestros recursos para inventar y realizar. Mientras los hispanoamericanos no tengan por suyo todo lo que se ha hecho en España, todo lo que se ha imaginado, experimentado, inventado, creado, sin excluir los errores y fracasos; y mientras haya españoles que crean que pueden entender su país sin salir de Europa y no consideren igualmente suyo todo el contenido de la América hispanizada, incluyendo lo que fue objeto de hispanización, es decir, el sustrato previo a ella con sus supervivencias, no será posible echar a andar por el camino real de la historia. Sólo entonces será verdadera nuestra condición de hombres y mujeres hispánicos, solo entonces podremos iniciar un haz de trayectorias, cuya pluralidad será de inmenso valor si a la vez son coherentes. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente, se trata de una dilatación del horizonte de cada cual. [...] Si esto se hace, se irán creando por sí mismas las conexiones efectivas que irán haciendo tupida nuestra realidad  global. [...] Imagínense lo que serían los problemas si para su solución se contara con los recursos de toda índole de una comunidad de trescientos millones de personas, íntegramente transparente, en la cual todo es inmediatamente significativo, que se puede entender con un gesto.
Hay que preguntarse si existiría en el mundo actual una comunidad comparable, con un grado de vitalidad, una capacidad creadora, un marco de referencia de medio milenio de historia compartida, de memoria colectiva -si no estuviera dilapidada por el olvido-. Esta empresa [...] es la única posibilidad de que tengan porvenir; y, por supuesto, de que España siga siendo inteligible". 


Julián Marías, España inteligible. Razón histórica de las Españas. Alianza Editorial, Madrid 2005, 413-416. 


¿Por dónde empezamos? De momento, conociendo. Y para eso... una propuesta interesante es la del reciente programa de RTVE sobre las ciudades españolas que son Patrimonio de la Humanidad, titulado "Ciudades". Ahí va el enlace para la primera, que históricamente fue Ávila, la ciudad con el reciento amurallado mejor conservado. Las imágenes son 4K y están tomadas con drones. ¡Espectacular! Las dos siguientes son Santiago de Compostela y Segovia. 



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